Hola, es un placer volver a escribir nuevamente aqui, no había tenido tiempo y se que no tendré mucho, pero aqui estoy así que lo aprovecharé.
Titulé este escrito así porque tengo la fortuna aún de escuchar las memorias de mi abuela, ella es mi abuela materna y cumplirá en 2007, 79 años, ella nació en 1928 y aunque últimamente algunos comportamientos que ella manifiesta (a veces propios de su edad, a veces no) han puesto de cabeza a los miembros de esta familia, mi abuela es una persona muy valiosa para mi.
Ella tiene un afecto especial hacia mi y cuando le he dicho que quiero irme de la casa, a otro estado, ella refleja en su rostro mucha tristeza y melancolía, no se porque tengo la idea de que cuando me vaya de la casa, la abuela no durará mucho tiempo.
Durante la comida, o cuando estamos juntos, Sara (así se llama mi abuela) platica muchas cosas que tienen relación o no con lo que estamos haciendo, desde niña ella siempre se encargó de sus hermanos menores, ella se casó a los 16 años y tuvo cuatro hijos de los cuales dos fallecieron muy niños. La abuela relata cosas muy lindas y cosas muy crueles, narra como llegó su familia a vivir a la cd. de Oaxaca en el año de 1909, provenientes de un pueblo enclavado en el corazón de la mixteca oaxaqueña y huyendo de las fuerzas federales que invadían las comunidades del estado en tiempos de la revolución, relata el asesinato de su padre y la valentía de su madre para hablar con el antes de que muriera, también cuenta esas historias de seres sobre naturales que en el Oaxaca antiguo aún se relataban, también tiene recuerdos de como la ciudad ha evolucionado con el paso del tiempo, tiene aversión a las expresiones de amor entre dos personas, según yo, debido a la mala experiencia que tuvo con su esposo y la falta de demostraciones de afecto entre su familia de origen, son tantas las cosas que Sara sabe, recuerda y cuenta que probablemente se podría escribir un libro con lo que ella guarda y comparte desde lo más profundo de su alma y corazón.
Espero escribir poco a poco algunas de las muchas vivencias que mi abuelita tiene y deseo que los lectores no se aburren con ellas. Nos estamos viendo pronto, por cierto René, "pinko" es un sobrenombre que tuve en la secundaria y algunas personas aún me lo dicen, su origen es un tanto absurdo, unos compañeros apodaron en la secundaria "pink panther" a una vecina mía, según ellos, yo tenía ciertos afectos hacia ella y pues limitaron su apodo a "pinka" y por ende yo sería el "pinko", un poco simple pero en fin, ahora lo sabes amigo.
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1 comentario:
Pues aquí estaré leyendo las memorias de tu abuelita, ten por seguro que no me aburrirán.
Ja,ja,ja, nunca me hubiera imaginado lo de "pinko", a mí se me ocurrió que más bien era de pingo, pero como que no te quedaba bien ese sobrenombre.
Saludos enterados.
El Zórpilo.
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